Mil grullas es un libro intenso en el que -sin que las bellas y sutiles descripciones poéticas del autor dejen de estar presentes-, se permite el paso a toda una historia llena de simbolismo. La personalidad de Kikuji, el joven protagonista, se maneja en este libro de una manera impresionante y magistral, dejando salir los más recónditos sentimientos -maliciosos también- del ser humano. Esa característica -inseparable del erotismo inherente en la obra- que aparece constantemente rondando a Kikuji, podría resumirse en la siguiente frase:
“Una sensación de náusea y de suciedad, y una abrumadora fascinación surgieron simultáneamente.”
Veneno y cierta perfidia sugeridos, intuiciones que se evaporan al querer interpretarlas, descripciones intangibles..., una milenaria ceremonia del té que lucha por permanecer en la modernidad (en unas jarras, teteras, tazas y costumbres maravillosamente descritas). Lo espiritual se hace presente también de manera palpable en la obra, ya que los muertos permanecen transparentes pero vívidos a través de objetos y de cálidos o impetuosos recuerdos, siempre dentro de la imprescindible atmósfera tenue, etérea y poética del relato.
Hola! Realmente es hermoso to blog, muy bien construido. Yo he inaugurado el mio la semana pasada y te invito a que lo veas. Los libros son mi pasiòn, ahora estoy lendo a Kawabata y apunto "Mil grullas" porque me interesa lo que has reseñado. Te sigo, saludos!
ReplyDeleteMil gracias por tus palabras, Andrea. :) Yo todavía tengo mucho por leerle a Kawabata pero este libro me pareció maravilloso.
ReplyDelete¡Un saludo!!